Lorenzo Silva publicó en noviembre del año 2005, en Destino, su cuarta entrega de una serie de novelas policiacas protagonizadas por la simpática pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro. Esta vez sus investigaciones acerca del extraño asesinato de Neus Barutell, una periodista conocida, los llevarán a Barcelona, lugar donde, según podemos entrever en las reflexiones psicológicas de Bevilacqua o Vila, como así lo llaman, este vivió momentos difíciles años atrás. Sin duda, es este ingrediente de la historia, además de la manera de mover y de introducirnos de lleno en las investigaciones policiales, el que hace de La reina sin espejo una novela interesante y capaz de provocar al lector grandes sesiones de simpatía, humor, nostalgia y reflexiones. Asimismo, resulta muy acertada la manera en que Lorenzo Silva nos lleva de la mano junto a los guardias civiles y nos proporciona un pase vip con el que podemos indagar en los sentimientos de algunos personajes, como el viudo de Neus Barutell o el propio Vila, o presenciar todos los pasos de la investigación policial.
No se trata tan solo de resolver un caso y de proporcionar al lector grandes dosis de intriga sin más, lo cual también está incluido en esta novela, pero, por encima de la incógnita que hay por resolver sobre quién o quiénes y cómo mataron a la periodista, se encuentran trazadas las relaciones interpersonales, así como las miradas introspectivas, a través de una manera de escribir clara, sencilla y precisa, perfilada con una acertada primera persona como voz narrativa. Los personajes se nos van presentando y van tomando cada vez más forma a medida que vamos avanzando en nuestra lectura.
Finalmente, son de gran interés los elementos intertextuales hallados en esta novela, sobre todo aquellos que nos remiten a la famosa obra de Lewis Carroll, Alicia a través del espejo. Se trata de una sabia y perfecta conjugación.
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